A obra Ballade Dure foi composta no GRM, Groupe de Recherches Musicales, Paris, em 1995. Foi uma encomenda do Institut National de l’Audiovisuel. À época o ministro francês Édouard Baladur promovia verdadeira perseguição aos “sans-papier”, imigrantes estrangeiros sem documentação legal. O governo francês acusava os imigrantes de estarem ocupando o mercado de trabalho dos franceses e, assim, provocando o desemprego do povo francês.
A composição foi feita para Rádio, tendo sendo difundida em alguns programas radiofônicos do Brasil e da Holanda. Foi também apresentada em Festivais de Música Eletroacústica no Brasil, França e Grécia.
Os problemas sociais se identificam com os signos sonoros usados na obra. A voz de um desempregado no Metrô, pedindo esmola, é a voz de uma sociedade em declínio, sofrendo problemas de representação com legitimidade.
Passos de pessoas desesperadas, buscando saídas e soluções se evidenciam. Sussurros, murmúrios ofegantes, cansaço, portas que se fecham, se acumulam. Enfim, tudo converge para a busca de soluções na religião. Mas essa também não tem as respostas. Mesmo assim, o povo sofrido se refugia no templo, espaço virtualmente divino. O povo sofrido nada mais é do que um Cristo ressuscitado. E a busca continua. O desespero continua. As portas do Metrô se fecham. A viagem continua. Mas a fuga também continua: passos de gente correndo, desesperada, continuam a ser ouvidos.
La obra Ballade Dure fue compuesta en el GRM, Groupe de Recherches Musicales, París, en 1995. Ha sido un encargo del Institut National de l’Audiovisual. En ese momento el ministro francés Édouard Baladur promovió la persecución de los “sans-papier”, los inmigrantes extranjeros sin documentación legal. El gobierno francés acusava a los inmigrantes de estaren tomando el mercado de trabajo francés y causando desempleo del pueblo francés.
La composición fue hecha para la radio, y ha sido difundida en algunos programas de radio de Brasil y lde os Países Bajos. También fue presentada en festivales Música Electroacústica em Brasil, Francia y Grecia.
Los problemas sociales son identificados con los signos de sonido utilizados en el trabajo. La voz del desempleado en el metro, la mendicidad, es la voz de una sociedad en declive, sufriendo problemas con la legitimidad de la representación.
Pasos de personas desesperadas que buscan salidas y soluciones son evidentes. Susurros, murmúrios, puertas que se cierran, cansancio, se acumulan. De todos modos, todo converge en la búsqueda de soluciones en la religión. Pero esto tampoco tiene las respuestas. Aún así, las personas que sufren se refugian en el templo, el espacio virtualmente divino. Las personas que sufren son una especie de Cristo resucitado. Y la búsqueda continúa. La desesperación continúa. Puertas de metro se cierran. Muchas outras puertas también se cierran. El viaje continúa. Pero el escape también sigue: pasos de gente que corre, desesperada, continúan siendo escuchados.